Tomando en cuenta que las distancias en la ciudad de Potosí no son muy largas, caminar es una opción para poder descongestionar las calles de la Villa Imperial, según la arquitecta Sandra Duarte, vicepresidenta del Colegio Departamental de Arquitectos Potosí.
Un estudio realizado por está profesional destaca “todos estamos en la posibilidad de adaptar el espacio público y de gestionar su uso, de reducir la contaminación, acústica, aérea o visual, que el automóvil genera”
Casi la totalidad de las calles del centro de la ciudad están cogestionadas y más en horas pico, es decir al ingreso a las oficinas o centros de educación, por ejemplo en el paso a desnivel de la Avenida Universitaria esquina Sanjinés, existen distribuidores de carriles para reducir la congestión, pero los vehículos que suben desde el Hospital Bracamonte y Satélite confluyen al área de la gasolinera que esta frente a la exterminal, creando congestión vehicular.
Otro punto crítico es el ex transito todas las líneas de servicios de transporte público, sin excepción pasan por este lugar, sin contar los vehículos particulares que circulan por la misma vía.
Si nombramos las calles del centro el panorama es el mismo o peor, y llegamos a la conclusión que el uso del transporte nos está facilitando nuestra necesidad de desplazarnos al destino que queremos.
El caminar debería ser, además, un valor en la gestión de la movilidad que se refleje en acciones concretas de priorización del peatón respecto de los automóviles: reducción de velocidades, transitabilidad y rampas, veredas amplias donde la actividad comercial no suponga una ocupación del espacio destinado a transitar, ciudadanos responsables que no ensucien, no ocupen las aceras con automóviles ni destruyan los espacios públicos, entre otras medidas y conductas. Caminar es saludable, mejora la calidad de vida a nivel físico y psíquico, al mismo tiempo, esta acción permite independizarse dando libertad para ir donde uno quiera, concluye Duarte.