Niñas niños y Adolescentes Trabajadores, NAT’s reivindican la necesidad que tienen por acceder al trabajo ante la situación de pobreza, abandono y falta de políticas públicas para mitigar la situación de estos menores que luchan por sobrevivir.
Los testimonios de los menores dedicados al trabajo, en algunos son desgarradores, todos ellos trabajan para ayudar a sus familias, para sus materiales escolares y algunos para ahorrar, de acuerdo a sus testimonios.
Misael, adolescente de 16 años, cursa cuarto de secundaria, tiene cinco hermanos y trabaja como albañil eventualmente se dedica a trabajar en un taller de electricidad. Según cuenta, trabajo desde los 8 años junto a su papá, desde los 10 años se independizo del trabajo de su padre y prefirió buscar otros rubros; tras la muerte de su progenitor, cuando aún tenía 14 años, tuvo que asumir la responsabilidad de ayudar a su mamá a sostener su hogar.
“Ganar un peso es complicado, tienes que esforzarte, tienes que sacarte la mugre por ganar un billetito”, manifestó.
Carmen, tiene 12 años, cursa primero de secundaria y trabaja como ayudante de mesera, según cuenta gana Bs. 800 al mes y el dinero que gana gasta en su estudio y alimentación.
“La realidad de Bolivia es que vivimos en una ciudad pobre. No nos queda de otra que trabajar”, es su testimonio.
Kevin, tiene 15 años, cursa tercero de secundaria y actualmente trabaja como ayudante de albañil. Inicio a trabajar en las minas de Potosí, según relata dejó el trabajo en la mina cuando vio morir a su compañero de 17 años en interior de un socavón.
“Antes trabajaba en la mina, el trabajo es duro. Sabía carronear, sabía sacar carga me pagaban 500 bolivianos al mes y si madrugaba me pagaban 900. La mina es peligrosa, uno de mis amigos falleció ahí desde entonces me retire, le un planchón le cayó en su cuerpo, tenía 17 años mi amigo”, manifestó
Maribel, representante de los Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores, demanda que las autoridades tomen atención de la situación de estos menores que trabajan día a día y no se los ignore.
“Que se respete nuestros derechos, que haya una seguro de salud para los niños que trabajan y que las autoridades municipales y departamentales nos apoyen”, dijo.
Luz Rivera, responsable del proyecto casa NAT’s, dependiente de la Pastoral Social Caritas, en su análisis, identifica a la migración campo-ciudad y crecimiento del trabajo informal son aspectos que tienen como consecuencia el trabajo infantil en la ciudad de Potosí.
“Hay una explotación laboral increíble en la ciudad de Potosí. La gente adulta, los empleadores considera a los niños y niñas trabajadores como mano de obra barata vulnerando sus derechos y aprovechándose de sus necesidades”, declaró.
Entretanto, Ever Ruiz, jefe departamental de trabajo, admitió que aún hay trabajos que ponen en riesgo la vida de los menores de edad y señaló que realiza las acciones necesarias para mitigar este problema social que persiste en el departamento de Potosí.
Los niños, niñas y adolescentes deberían estar aprovechando esta maravillosa etapa de sus vidas sin embargo las condiciones sociales, económicas e incluso culturales limitan su desarrollo pleno y esto a falta de políticas de estado para mitigar la situación de pobreza y abandono de los mismos.
JOC / Red Aclo / KPIS