Red ACLO, Potosí: En las faldas de la legendaria montaña de plata, el “Sumaj Orcko”, la ciudad de Potosí amanece con una perspectiva diferente, sus callejuelas y recovecos, su boulevard y su plaza colonial, no tienen a sus ciudadanos casi siempre bien arropados transitando como habitualmente lo hacían por las singulares bajas temperaturas que presenta diariamente la “Villa Imperial de Carlos V”. El COVID-19 cambió la rutina de los habitantes y estantes de esta ciudad que vive básicamente de la minería desde el siglo XVI y mediados del XVII, cuando tenía la veta de plata más grande del mundo.
Este año, la que en su momento fue, una metrópoli que competía con ciudades como París y Londres, la primera población de la República de Bolivia y hoy considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad, recuerda sus 475 aniversario.
En medio de preocupaciones sociales y de salud por mitigar y superar la crisis de la pandemia mundial del coronavirus que tocó las puertas de las familias potosinas hace una semana atrás, la baja económica que habrá que afrontar por la caída de los precios de los minerales y las estadísticas que nos muestran que Potosí continúa siendo el departamento con el mayor índice de pobreza (33.7 % datos del INE, 2017). Pese a este panorama no muy alentador, existe un recurso que hace de Potosí un lugar incomparable: su gente, hospitalaria, cálida y aguerrida.
En 475 años, Potosí ha vivido auges como el de la plata, el zinc y el estaño, luchas por su independencia, por su reivindicaciones regionales, por su litio, Potosí ha soportado crisis como la sequía del año 1983, la relocalización del año 1985 y ahora la pandemia del COVID-19 este año 2020, pero siempre ha salido adelante. Porque continuar de pie será siempre el lema, gracias al tesón, la rebeldía y el valor de todos sus hijos, potosinos orgullosos de haber nacido en esta “tierra noble y generosa, hospitalaria y gentil”, ¡viva Potosí!
FR/RZ/ACLO, Potosí