El municipio de Tupiza enfrenta condiciones climáticas adversas, caracterizadas por sequías recurrentes, suelos áridos y escasez de agua. Estas condiciones han impactado negativamente a las comunidades agrícolas, reduciendo su capacidad de producción y la seguridad alimentaria. La tuna, un cultivo nativo de zonas semiáridas, ha demostrado ser altamente resiliente a la sequía, lo que la convierte en una opción viable para enfrentar estas condiciones extremas. Su capacidad de retener agua en sus cladodios (hojas modificadas) la hace ideal para su cultivo en áreas con disponibilidad limitada de recursos hídricos.
Fundación Acción Cultural Loyola a través del proyecto “GESTIÓN SOSTENIBLE DE LOS TERRITORIOS CAMPESINOS INDÍGENAS ORIGINARIOS Y PERIURBANO DE LA MICROCUENCA DE OPLOCA, MUNICIPIO DE TUPIZA” desde el año 2023 viene implementando al menos 20 hectáreas de tuna en diez comunidades de la microcuenca Oploca, el cultivo de la tuna como una alternativa agrícola sostenible, capaz de resistir las adversidades climáticas. El proyecto pretende no solo mejorar la seguridad alimentaria local, sino también contribuir a la diversificación económica mediante el aprovechamiento de los productos derivados de la tuna, como frutas, forraje y productos industriales. El establecimiento de huertos de tuna no solo contribuye a la mitigación de los efectos del cambio climático, sino que también genera beneficios ambientales y sociales. La cobertura vegetal proporcionada por las tunas ayuda a combatir la erosión del suelo y mejora la retención de agua en las áreas agrícolas. Además, este cultivo ofrece una nueva fuente de ingresos para los agricultores locales, al generar oportunidades de comercialización de los productos derivados de la tuna, como frutas frescas, mermeladas, bebidas y productos cosméticos
Juan Mendoza de la comunidad Oploca del municipio de Tupiza, menciona que al inicio no creía ni siquiera en el proyecto, sin embargo, hemos aprendido y entendido que la tuna es una excelente opción para encarar los problemas generados por el cambio climático, pues no es exigente en suelos ni requiere de mucha agua. Esperemos que la fundación ACLO nos siga enseñando otras alternativas y otros cultivos que nos puedan ayudar a ser mas fuertes y resilientes frente a cualquier situación.
Responsable de la nota: Tito Mamani Pallpa