Karina Cachambi, gerente de la Asociación de Avícolas de Tarija, ha revelado una preocupante situación en el sector avícola del departamento. Desde enero, se han experimentado recortes significativos en la producción de carne de pollo, con un promedio departamental de disminución entre el 20% y el 25%. Algunas granjas incluso enfrentan recortes semanales intermedios de hasta el 100%.
Cachambi destacó que, además de los recortes, la crisis impacta directamente en las fuentes de trabajo y los costos fijos de los agricultores, poniendo en riesgo la estabilidad del sector y la economía local. Se espera que la situación mejore a partir del segundo semestre del año, específicamente en septiembre.
“A nivel departamental, tenemos recortes en todo lo que ha sido el mes de enero y lo que cursa de febrero, entre un 20% a un 25% en promedio. Sin embargo, tenemos algunas granjas con recortes semanales intermedios de hasta un 100%, otras con recortes del 40%. La situación pone en riesgo la estabilidad del sector agrícola y podría generar un aumento adicional en los precios de la carne de pollo, afectando a los consumidores y a la economía local”, explicó Cachambi.
A nivel nacional, las dificultades en el sector pecuario continúan afectando el bolsillo de los bolivianos, y las autoridades junto con los productores buscan soluciones para mitigar los efectos de esta crisis. De momento, el aprovisionamiento es normal y la producción se distribuye en el Valle Central de Tarija, aunque los recortes persisten a nivel departamental.
“La situación en la parte pecuaria a nivel nacional va a seguir su incidencia, obviamente en el bolsillo de cada uno de los bolivianos. En lo que respecta a la carne de pollo, esperamos tener una regularidad a partir del segundo semestre, en septiembre. Esta crisis no solo implica recortes, sino también fuentes de trabajo, personal que trabaja en las granjas y costos fijos que deben ser cubiertos por los agricultores”, agregó Cachambi.
La situación requiere de medidas urgentes y coordinadas para evitar un mayor impacto en la economía y la seguridad alimentaria de Tarija y Bolivia.
