Eran las 8:05 cuando el capitán José Carlos Aldunate Meneses salía de su casa para llevar a su hija a escuela, cuando un motorizado le bloqueó la salida de su garaje y de inmediato descendieron dos sicarios que le dispararon a quemarropa. De nada sirvió su intentó por refugiarse nuevamente en su cochera, porque los asesinados siguieron disparando hasta asegurarse de dejarlo sin vida, para luego huir rápidamente.
Las primeras investigaciones dan cuenta de que el capitán de policía desempeñaba funciones en Inteligencia de la Policía y formaba parte del cuerpo de seguridad del Viceministerio de Régimen Interior a cargo de Johnny Aguilera. Además, se conoce que antes trabajó en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn).
El fiscal que indaga el caso, Daniel Ortuño, dijo en declaraciones a Unitel que el crimen fue “totalmente planificado” y que está en análisis la figura legal con la que se investigará el caso. Ortuño señaló que la investigación se enfocará en todos los que hubieran participado del hecho, en diferentes grados como autor, cómplice o encubridor. De momento, se hizo el registro de la escena del crimen y se esperan los resultados de la autopsia.
Poco antes de este brutal asesinato del policía de Inteligencia José Carlos Aldunate Meneses se conocía que al menos cinco personas fueron ejecutadas en haciendas de San Ignacio de Velasco, a más de 500 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz, en la Chiquitanía.
Los tres primeros fueron identificados como Guillermo Pablo Merguen (41), de nacionalidad brasileña, Claudenilson Silva Yurupí (25) y hombre conocido como “Gordito”, según el reporte de la Red Uno. Las tres víctimas presentaban signos de haber sido ejecutadas a quemarropa.
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