Guido Cortés, director de CERDET, enfatizó la necesidad urgente de acciones concretas para la conservación del agua en el Chaco boliviano. “Lo más importante es que podamos pensar en acciones de conservación del agua, ya que es el bien más escaso”, declaró Cortés, destacando las extremas temperaturas de hasta 44 grados centígrados durante el verano que intensifican la evaporación y complican la disponibilidad de agua dulce en la región.
Explicó que se están impulsando iniciativas de cosecha de agua mediante el uso de techos de escuelas, tinglados deportivos y viviendas, almacenándola en aljibes o cisternas de placas de cemento para mantenerla fresca y libre de contaminación. Cortés subrayó que estas medidas deberían ser adoptadas como políticas públicas por los gobiernos municipales, departamentales y nacionales.
Cortés señalo que es primordial fomentar la producción de alimentos agropecuarios como estrategia de supervivencia para las familias frente a los efectos del cambio climático. “La resiliencia nace en las propias comunidades campesinas afectadas por estos cambios”, afirmó.
Cortés alertó sobre el posible aumento de la migración hacia centros urbanos como Tarija y Santa Cruz debido a la escasez de alimentos y agua en las zonas rurales, Para enfrentar estos desafíos, Cortés recomendó formar a los jóvenes en áreas técnicas productivas como la metalmecánica, dejando de lado la excesiva concentración en estudios universitarios tradicionales que no responden a las demandas actuales del país. “Es fundamental adaptarse a estas nuevas realidades y buscar soluciones que aseguren un futuro sostenible para nuestras comunidades”, concluyó.
